El escenario de la novela es el Greenwich Village de Nueva York, captado aquí en toda su riqueza de detalles y contrastes, desde la sofisticación yuppie hasta la sordidez de los mundillos marginales. Cada año llegan allí miles de jóvenes de provincias en busca del éxito: Elsie es, en cierto sentido, una más: guapa, ambiciosa, sexualmente ambigua aunque en el fondo inocente.