Este Tratado mistagógico sobre la Eucaristía -el primero en su género- se propone conducir al lector al descubrimiento de la plegaria eucarística, que hoy, por desgracia, a cincuenta años de la reforma litúrgica, todavía se presenta como «la gran desconocida». Es momento de volver a estudiar la Eucaristía como se hacía en tiempo de los Padres, es decir, «en la Iglesia»; con los ojos fijos en el altar, con los oídos puestos en aquella plegaria con la que la Iglesia ha celebrado desde siempre la Eucaristía. Solo a través de una lectura comparada de sus exuberantes formulaciones de Oriente y de Occidente es posible comprender la Eucaristía como interacción dinámica entre los dos cuerpos de Cristo, el «cuerpo sacramental» y el «cuerpo eclesial».