La historia parte de la indagación del niño Bruno sobre qué va a ser cuando sea grande. Al conocer al Doctor Leopoldo, el domador de fantasmas, la respuesta comienza a formarse en su mente. Con el pasar del tiempo, el Doctor Leopoldo va explicando a Bruno que es necesario conocer a los fantasmas y llamarlos por el nombre, y saber que son las propias personas que crean sus fantasmas. Al despedirse del músico, Bruno saca la conclusión que, enfrentar monstruos, sustos y desmayos no es tarea fácil, pero que cuando sea grande, pensará en una manera de ayudar a las personas a espantar a sus propios fantasmas.