El libro se articula en tres capítulos: uno trata sobre materiales de acabado de fachadas, otro sobre la idea de "dobles pieles" y un tercero sobre intervenciones en contextos históricos. El primero habla del ladrillo, el revoco o la piedra como de algunos de los materiales con los que hemos acabado nuestras obras, en función del contexto en las que se encontraban. En el segundo caso, la estrategia compositiva es otra: ya no se trata de abrir un hueco en un muro, sino de añadir una capa a algo existente. El tercer capítulo es una referencia a quienes nos ha tocado trabajar en una ciudad muy consolidada, como es el caso de Barcelona, en la que, por cada edificio de nueva planta que se hace en la ciudad, se hacen 5 reformas interiores o adecuaciones, motivadas, la mayoría de las veces, por cambios de uso.