En Con certeza tengo amor, los cuentos concebidos por Marina Colasanti transitan por la ruta de lo simbólico, de lo imaginario. El tiempo, el espacio, los personajes, se construyen en una esfera de puro encantamiento a través de un lenguaje metafórico y de un ritmo musical. La propia autora, refiriéndose a su producción literaria infantil y juvenil, comenta: Cuando empecé (...) tenía, pues, una visión muy clara de mi responsabilidad como escritora. Escogí asumir esa responsabilidad intentando llegar a mis nuevos lectores hablando de su cotidianeidad, cuya multiplicidad siempre me trascendería, pero dirigiéndome a sus sentimientos más profundos, tan iguales a los míos (...). Lo que me interesa no es contar una historia. Es utilizar una historia para lidiar con el amor y el odio, con el miedo, los celos, el deseo, la grandeza humana, su pequeñez y su muerte.