Figuras icónicas de la historieta mexicana, Gabriel Vargas y Eduardo del Río Rius, han sido motivo de homenaje por su prolífica y extensa trayectoria, a través de la exposición De San Garabato al Callejón del Cuajo, presentada en el Museo del Estanquillo. Colecciones Carlos Monsiváis, en la Ciudad de México. Ilustradores conspicuos de la vida social, política, económica y cultural de su país en el siglo XX, estos moneros, creadores de personajes inolvidables que pueblan las páginas de La familia Burrón (Vargas) y Los Supermachos (Rius) de entre sus historietas las más conocidas, muestran en sus obras dos caras de la nación mexicana: el México rural posrevolucionario y anticlerical, y el México capitalino, urbano, de barriadas y vecindades. Mundos que gravitan en el mismo universo, pero disímbolos en problemáticas e idiosincrasia, vistos con ingenio e ironía desde el humor más agudo y la crítica más irreverente. De título homónimo, la publicación alusiva a la exposición conjunta ensayos escritos por Carlos Monsiváis, Rafael Barajas el Fisgón y Francisco Vidargas, quienes se acercan a las producciones de Gabriel Vargas y Eduardo del Río, mediante perspectivas que van desde la cultura popular urbana, hasta el nacimiento y desarrollo de la historieta mexicana, pasando por un recuento de dibujantes, publicaciones y estudios dedicados al tema. Un recorrido donde Vargas y Rius también se encuentran con José Guadalupe Posada, Leopoldo Méndez, Hugo Brehme, Manuel Álvarez Bravo, Agustín Jiménez, Alfredo Zalce y Abel Quezada, entre otros artistas que comparten haber retratado la vida cotidiana del pueblo en el campo y la ciudad.