El pragmático método de concurso anglosajón (fiabilidad, registro comprobado, capacidad de acuerdo con el cliente) no es el mejor entorno para alentar a los arquitectos jóvenes y creativos, o para darles la oportunidad de adquirir las habilidades de su oficio o la experiencia de desarrollar y probar ideas a través de la construcción. Por ello, no resulta sorprendente que el estudio de los jóvenes arquitectos Jonathan Sergison y Stephen Bates mire hacia Europa buscando inspiración. A ellos no les interesa la búsqueda de lo espectacular, ni tampoco concentrar su energía en el desarrollo de estrategias que les hagan ganar encargos en el sector comercial. En su lugar, les gustaría tener la oportunidad de crear arquitectura con relevancia social y significación física. Se inspiran en la arquitectura europea de los últimos treinta años (Rafael Moneo, Álvaro Siza, Eduardo Souto de Moura, Herzog & de Meuron, Roger Diener), así como en la joven generación europea de sus contemporáneos. Junto a algunos de sus colegas londinenses, especialmente de Tony Fretton y Caruso St John, comparten la fascinación por la obra de Peter y Alison Smithson. Desde que establecieron su estudio a principios de la década de 1990, Sergison Bates se han hecho un hueco en Reino Unido desde un carácter más europeo. Han logrado un respeto por su compromiso con una forma de trabajo rigurosa y por la naturaleza retadora de su obra. En este número de 2G presentamos algunas muestras de su trabajo que ilustran este posicionamiento.