El Imperio Inca sorprendió a los conquistadores europeos por su excelente organización y manejo de recursos. Sin embargo, aunque las crónicas y otros relatos de la época abunden en descripciones de la infraestructura imperial inca, poco sabíamos acerca de los mecanismos que permitieron edificar y mantener ese complejo sistema. La obra de Gabriela Sternfeld representa una importante innovación en este sentido. Analizando las huellas de la tradición original indígena contenidas en una selección de crónicas y documentos administrativos de los siglos XVI y XVII de los Andes centrales, reconstruye, por primera vez dentro de la historiografia andina, la jerarquía decimal de las autoridades locales en el rango más básico de las comunidades (llanta) que conformaron el Tawantinsuyu. Presenta dicha administración local como doblemente dual ( hombres mandones y mujeres mandonas; jefes y segundas personas ), con sus nombres originales, sus competencias y prerrogativas, así como una reconstrucción de los procesos de toma de decisión político-laborales.La autora comprobó, además, la existencia de un sistema institucionalizado de consultas ( designado por el término quechua kamachinakuy) en los diferentes niveles de la jerarquía política del Imperio Inca.