En 1977 Guy Debord realizó, con total libertad y sin ninguna imposición de los productores, un largometraje en 35 mm y en blanco y negro. La crítica, desconcertada, lo maltrató y Debord levantó acta de las reacciones de la prensa en un artículo que ahora rescatamos junto con una edición crítica del texto de la película y una nota escrita durante el proceso de gestación de la misma.