El proceso de unificación alemana ejemplifica, según las tesis del historiador francés Duroselle, el modelo nacionalista conservador. Entre el conjunto de factores que determinaron el triunfo de la 'prusianizacion' de Alemania, resalta la obra política de Bismarck. Sin caer en el 'personalismo histórico', el camino emprendido por el canciller para conseguir la unidad de los alemanes, mediante 'la sangre y el fuego', condicionaría profundamente las características del nuevo estado alemán y su evolución futura. El Reich alemán, en su nuevo papel de gran potencia temida y respetada, se transformaría en el punto de referencia de las relaciones entre las potencias europeas. Las tensiones y contradicciones con otros Estados eruopeos, controladas por Bismarck, gracias a un inestable ejercicio de equilibrismo político y diplomático, reaparecerán con más fuerza tras la desaparición del canciller, empujando a Alemania hacia el riesgo de un conflicto europeo que constituía el mayor peligro para una reciente unidad.