Las redes sociales se han convertido en una parte importante de la vida social de muchas personas y han producido un cambio en nuestra forma de informarnos, de formarnos opinión y de comunicarnos. Los jueces no escapan a este fenómeno y emplean las redes sociales como el resto de los ciudadanos. Comparten noticias y opiniones en sus perfiles de Twitter, publican en Instagram fotografías de sus viajes o de su trabajo, participan en grupos de Facebook, se comunican a través de WhatsApp y pasan tiempo viendo vídeos en YouTube o TikTok. Tanto por sus características como por el uso que se les da, las redes sociales pueden tensionar los principios de ética judicial. Los jueces no son inmunes a estos riesgos y se dan ocasiones en la que las emplean indebidamente, publican opiniones de las que posteriormente deben retractarse, interaccionan con otros usuarios de forma inapropiada, o publican información privada o de terceros. [...]