Un día, hace casi 3.300 años, en Oriente Próximo en el monte del Sinaí apareció la idea de un Dios único. El "inventor" de ese Dios se llamaba Moisés. "La diversidad de enfoques y sensibilidades subraya la riqueza y el interés de este libro, en el que cada autor, en un lenguaje de luminosa simplicidad, se esfuerza en poner en manos del lector, cualquiera que sea su fe o su ausencia de fe, las claves indispensables para la comprensión del Dios de la Biblia".