El interior de bares y restaurantes debe estimular la imaginación de los clientes y animarles a volver. La fórmula de diseño adecuada ha de basarse tanto en el éxito comercial del negocio como en los servicios ofertados. Los clientes que acuden a estos espacios están en contacto íntimo y permanente con los elementos del espacio, por lo que los detalles del diseño deben ser adecuados y visualmente ricos para superar la prueba de un examen prolongado. Las cadenas, ya sean de cafeterías, bares o restaurantes, van dominando el mercado de masas de los centros urbanos y comerciales, y reconocen la necesidad de refinar su oferta. Por este motivo, vienen empleando sus propios responsables de diseño, que mantienen contacto estrecho con consultas de diseño especializado. En todos los casos, eligen competir con interiores cada vez más sofisticados, rechazan los elementos vulgares predominantes de las primeras cadenas y adoptan estéticas delicadas, con una sofisticación contenida que a menudo supera los excesos de rivales de mayor presupuesto.