En menos de un aņo y medio, las cinco hermanas Libson, adolescentes entre trece y diecisiete aņos, se suicidaron. Atravesadas por los hierros de la verja tras haber saltado por la ventana, asfixiadas con la cabeza dentro del horno, empecinadas en el uso de la horca o el cuchillo que abre las venas, murieron una tras otra, obstinadamente suicidas.