Emocionante aventura. En el más helado de los escenarios se origina un relato que habla de calor humano, solidaridad y esperanza. Alaska. Allí cualquier día es invernal. Este lugar ha sido desde siempre la casa de Yak y su familia. Todos ellos son esquimales. Pescar, sobre la nieve, en un trineo, junto al abuelo; ese es el gran regalo que la madre Naturaleza ofrece frecuentemente a nuestro protagonista. Uno de aquellos días será inolvidable para este niño; fue aquel en el que descubrieron algunas ballenas atrapadas en el camino. La operación de rescate se puso en marcha, organizada por un ecologista especializado en la conservación de las especies en el Polo Norte. También intervino un rompehielos ruso y hasta miembros del ejército estadounidense. Finalmente todos consiguieron romper el cerco, liberando a los animales cautivos.