Si El Danubio abarcaba una vastísima área geográfica e histórica, Microcosmos, galardonada con el Premio Strega de novela, nos sirve de guía en el descubrimiento de lugares cada vez más reducidos. De la descripción del paisaje -incluso en sus detalles más imperceptibles-, del relato de las existencias mínimas, de los destinos, de las pasiones, de las cómicas o trágicas vicisitudes, emerge una narración errática y fluctuante, como la corriente de un río. Cada uno de esos mundos -que se reflejan y se integran en la parábola de una existencia- vive en la presencia simultánea del presente y el pasado. Son protagonistas los hombres, pero también los animales, las piedras y las olas, la nieve y la arena, las fronteras, la presencia de un ser amado, una inflexión de voz o un gesto quizás inconsciente...