El volumen VI de la Correspondencia de Friedrich Nietzsche, último de la serie, abarca todas las cartas conservadas escritas por el filósofo entre finales de octubre de 1887 y enero de 1889, cuando sufrió en Turín el derrumbe que le sumió en la demencia y del que ya no se recuperó hasta su muerte en agosto de 1900. Estas cartas de su época de madurez, escritas con estilo inconfundible y prosa magistral, tienen al menos un doble interés filosófico y biográfico. En ellas se expone el surgimiento y la problemática que recogen tanto las obras que redactó en esos dos años finales -El caso Wagner, Crepúsculo de los ídolos, El Anticristo, Ecce homo, Ditirambos de Dioniso y Nietzsche contra Wagner-, ampliamente comentadas en estas misivas, como los grandes proyectos que vertebran los fragmentos póstumos que anotó por entonces -la posteriormente descartada "La voluntad de poder", transformada luego en "Transvaloración de todos los valores"-. Pero en estas cartas se hallan también el íntimo intercambio epistolar con sus amigos y familiares de siempre -el fiel colega de la Universidad de Basilea Franz Overbeck; el músico Heinrich Köselitz, a quien Nietzsche llamaba Peter Gast y que le ayudaba en la preparación de sus textos casi como si fuera su secretario; el gran historiador Jacob Burckhardt; la maternal amiga wagneriana Malwida von Meysenbug; la hermana y la madre- y los agudos diálogos que Nietzsche sostuvo con un nutrido grupo de escritores, pensadores y artistas, con alguno de los cuales se relacionó de manera particular en esos meses de tan intensa producción y cambios tan acelerados: por ejemplo, el intelectual danés Georg Brandes, el dramaturgo sueco August Strindberg, el historiador francés Hippolyte Taine, el músico Hans von Bülow, o su antiguo colega de estudios, el gran orientalista Paul Deussen.