La vulgarización que ha sufrido el término diseño durante el último decenio, el uso indiscriminado de que ha sido objeto por parte de los media, ha sumido en la confusión no sólo a la opinión pública -a los legos en la materia- sino incluso a los propios profesionales del diseño que, inmersos en esta vorágine de la imagen, el look y lo in, se preguntan a menudo cuales son los límites específicos de su ámbito. A lo largo de estas páginas, el autor invita a silenciar el ruido creado en torno al diseño para abrir un espacio a la reflexión sobre lo que es, en esencia, el oficio de diseñar.