Cuando Francisco Bramón publica la novela pastoril Los Sirgueros de la Virgen sin original pecado (México, 1620) ya la Nueva España contaba con otro precedente ilustre en el género: Siglo de Oro en las selvas de Erífile (1608) de Bernardo de Balbuena. Ahora bien, la intencionalidad de una y otra obra es muy diferente, ya que no sería desacertado si dijéramos que la novela de Bramón es la única novela pastoril divinizada de las letras novohispanas; al menos no se conoce ninguna otra hasta la fecha. En el caso de Bramón los pastores que recorren los «jardines mexicanos» son devotos defensores de la «inmaculada concepción» de María y sobre esa temática, de total actualidad en aquellos años, gira toda la novela, que transcurre en los días previos a la celebración de la festividad inmaculista. Esta es la primera vez que se publica la novela íntegra.