Hijo del rey Filipo II, Alejandro nació en Pela, la antigua capital de Macedonia, en Grecia, en uno de sus momentos de máximo esplendor. Instruido por Aristóteles en las ciencias, la geografía y la historia, Alejandro hizo gala de sus dotes políticas y militares cuando heredó el poder a la muerte de su padre, cuando cumplía veinte años. En poco menos de una década, a menudo mezclando crueldad y valor inusitados, emprendió una irresistible campaña hacia Oriente con el propósito de adueñarse del mundo. Aunque murió joven, a los treinta y tres años, está considerado una de las figuras y estrategas más grandiosos y de la antigüedad.