La ironía está presente ya en el título, pero se entremezcla con la intensidad emocional y una agridulce visión del mundo. En los magistrales nueve cuentos que componen el libro, que ha traducido del catalán el propio autor, éste, parapetado tras un escudo de cáustico distanciamiento y utilizando la perplejidad como método de observación, logra domar el desconcierto y el pánico que corroe a sus personajes, individuos poco heroicos, que suelen preferir la conveniencia a la promesa de la felicidad.