Se llama Joseph, y en 1942 tiene siete años. En Bruselas han empezado las grandes redadas contra los judíos, y su madre lo lleva a la casa de la condesa de Sully, que lo ocultará hasta que pase el peligro. Pero muy pronto llegará la policía, la condesa ya no podrá esconder al niño y lo entregará a un sacerdote para que lo lleve a la Villa Amarilla. Y allí, en un pensionado católico, el niño crecerá bajo la protección del padre Pons, un hombre justo. Que un día lo hará partícipe de su secreto: debajo de la iglesia, ha montado una sinagoga. Y por las noches estudia la Torah, la Cábala, los textos de los rabinos, y también guarda los objetos del culto que consigue salvar. En medio de la gran «limpieza étnica» de la Segunda Guerra Mundial, un cristiano se empeña en resguardar la cultura judía, para transmitirla a esos niños que oculta de los nazis. Porque el padre Pons, como Noé, ha decidido salvar a la humanidad a pesar de sí misma. Para que los supervivientes del diluvio no pierdan la memoria, la identidad, el porvenir...