Hace ya varios años que Simon Nardis se retiró del jazz, donde era un pianista de estilo inconfundible, para regresar a su antiguo oficio: ingeniero de calefacción industrial. Ha dejado la bebida, las drogas, vive tranquilo con su esposa Suzanne y no escucha jazz. Pero una noche, Simon tiene que viajar a ese pueblo y atender la llamada de emergencia de un ingeniero desesperado. No puede saber que éste lo llevará a un club..., sí, ¡de jazz!, que ahí comenzará a beber, se acercará con manos temblorosas al piano y comenzará a tocar. Pero Simon no ha vuelto a caer, en todo caso ha vuelto en sí, ha despertado del letargo... Christian Gailly ha escrito una novela en la mejor tradición de la modernidad francesa: corta, con frases armónicas que parecen la música de un jazz elegante y contrapunteado, devolviendo la fe en que aún hay novelistas preocupados por la esencia de su oficio, el lenguaje.