La ternura del dragón tiene un arranque muy novelesco, muy clásico. Miguel, un adolescente «seriamente enfermo» que ha de guardar cama durante una larga temporada, se va a vivir a casa de sus abuelos, y entra en ella como si entrase «en una novela». Durante su fase inicial, la narración va construyendo pausadamente un mundo feliz en el que todas las personas y cosas que rodean a Miguel aparecen envueltas en un dorado efecto de flou. Sin embargo, llegado cierto momento, los mismos perfiles borrosos que antes subyugaban a Miguel empiezan a inquietarle; su sueño se va convirtiendo de forma gradual en una pesadilla, y lo que había empezado casi como elegía se transforma en novela de misterio. Escrita con anterioridad a los relatos del volumen Alguien te observa en secreto, esta novela de Ignacio Martínez de Pisón (Premio Casino de Mieres 1984) ya demuestra una pasmosa raza de narrador y un notable dominio del oficio.