En Tentativa se despliegan dos mundos paralelos, el de los adolescentes que comienzan a moverse a ciegas en esa confusión de los sentidos y los sentimientos que es para ellos la vida, y el de los adultos, parientes esperpénticos y depredadores implacables, para quienes los jovencitos no son sino objetos de un obsesivo e ineludible deseo.