Firma como Rosario Girondo, escribe un diario personal y un diccionario tímido de su vida, y lleva tan lejos su mal de Montano, está tan enfermo de literatura, que la ficción inicial (un personaje obsesionado por el porvenir de la literatura y dedicado a descifrar el arte de los diarios personales de sus escritores favoritos) acaba transformándose en una realidad cuando el autor decide entrar a formar parte de una sociedad secreta de conjurados contra los enemigos de lo literario. A partir de ese momento, Rosario Girondo escribirá su diario como si de éste dependiera la suerte de la literatura.