Em espanhol. Livro novo, importado, em estoque. Las sublevaciones son hijas de las lágrimas. El llanto es una trepidación. La Historia es hija de las historias de quienes han llorado. Nace en el arco que va del dolor al deseo, de la pasión a la acción, de la opresión a la revuelta, a la sublevación que dice -no-. Quien dice -no- puede, después, decirlo todo. Cada vez que soy quemado, quemo. Por cada abatimiento, ira. Por cada tierra arrasada, imprecación. Mi movimiento es plural, mi duración, fluida. Mi emoción, ese fenómeno social, dice -nosotros-. No es la respuesta funcional que se espera de mí, no es un fetiche en el mercado de los llantos. La lágrima es cuchilla y tempestad. Así se llora en la escena de duelo de El acorazado Potemkin, en cuyo núcleo Georges Didi-Huberman apoya su compás, entre una ejecución individual y una masacre de los inocentes, tejiendo el salto del ritual fúnebre ancestral al sismo político contemporáneo. Stalin pedía un objeto de conmemoración y propaganda.