Tarquin Winot, erudito, voluptuoso, snob y terriblemente civilizado, ha decidido escribir un libro de cocina muy poco convencional. En realidad, será un tratado a la manera de la Fisiología del gusto de Brillat-Savarin, de quien Tarquin piensa que fue, junto al Marqués de Sade, una de las grandes mentes transgresoras de su época.