En los últimos años, el Derecho penal ha sufrido continuas y constantes modificaciones, adoptando una política de criminalización de hechos, lo que revela su carácter expansionista. Además, utiliza instrumentos que facilitan su ejercicio, entre los cuáles, se pueden citar, las leyes penales en blanco. Ocurre que, las leyes penales en blanco presentan una significación constitucional, fundamentalmente, cuando la norma que completa el supuesto de hecho es de rango inferior a las leyes penales. Sin embargo, es incontestable que las leyes penales en blanco están cada vez más presentes en las legislaciones modernas. Aunque provoquen algunas discusiones doctrinales sobre su legitimidad y sus límites, la mayor parte de la doctrina está de acuerdo con la necesidad del empleo de las leyes penales en blanco en ciertos casos, principalmente, en las materias que imponen por su naturaleza unas exigencias particulares para ser reguladas.