Los lectores de la desopilante Zafarrancho en Cambridge recordarán que Porterhouse era un college que nunca se distinguió or su nivel académico, pero donde se disfrutaba de una excelente cocina y no era muy difícil conserguir un título. Ahora, unos años después, todo sigue poco más o menos como entonces, pero tremebundos nubarrones se ciernen en el horizonte.