El autor prosigue su trabajo de "detective cultural" con un caso extraordinariamente complicado que los recientes acontecimientos han vuelto a poner de actualidad: Dios y la religión. Hay tanta gente dispuesta a vivir, morir o matar por ellos, que es difícil hablar del asunto sin levantar pasiones o sobresaltar susceptibilidades, y es que el acta de defunción de las religiones ha resultado precipitada. Para desactivar este campo minado necesitamos aclarar nuestras ideas. Este libro pretende responder a tres preguntas: ¿podemos saber algo seguro sobre la existencia de Dios?; si no existiera en nuestro entorno este objeto cultural llamado Dios, ¿lo inventaríamos ahora?; ¿es inteligente a estas alturas ser religioso? Un libro extraordinariamente estimulante y pertinente de uno de los pensadores más imprescindibles de nuestro tiempo.