Una extrañísima colección de relatos que se desenvuelven entre el surrealismo y el absurdo, con un humor ácido y negro, conciso y demoledor.Historias impregnadas a veces de ternura y salpicadas de la risa nerviosa que aparece cuando uno se adentra en las zonas más oscuras de la existencia. Por sus páginas se percibe la sombra de Rimbaud y de los necios de Kennedy Toole o los cronopios y las famas de Cortazar, el Augusto Pérez de Unamuno o los personajes de Pirandello y de Ionesco, y junto a todos ellos el monstruo de Mary Shelley. Un narrador demente para unos personajes huidos del Jardín de las Delicias.