El procurador de los tribunales está lejos de ser un mero invitado de piedra en el proceso. Dentro los términos del mandato y de la representación, el procurador participa activamente en una serie de relevantes actuaciones procesales, que van más allá de los intereses de su cliente, desempeñando cuantas funciones y competencias le son atribuidas en las leyes procesales en orden a la mejor Administración de Justicia, a la correcta sustanciación de los procesos y a la eficaz ejecución de las sentencias y demás resoluciones que dicten los juzgados y tribunales. La obra expone muy gráficamente la figura del procurador de los tribunales, sus orígenes, características del ejercicio y su actuación profesional. En el primer capítulo se hace una revisión histórica de la figura del procurador hasta nuestros días. El segundo capítulo está dedicado especialmente al papel de la mujer en la Procura a lo largo de la historia;