Este libro contiene las memorias de una mujer que fue yonqui durante siete años, entremezcladas con aforismos y análisis que exploran la adicción y la obsesión de la sociedad por la heroína. Sin mitificar, ni «glamourizar», ni tampoco hacer fácil moralina, la autora investiga bajo la superficie de la adicción y nos ofrece intuiciones sobrecogedoras sobre esa realidad, sobre qué le llevó a convertirse en adicta y cómo se rehizo a sí misma. El resultado es una lúcida obra de crítica cultural disfrazada de memorias sobre la heroína.