A partir de discusiones recientes sobre modernidad y posmodernidad en América Latina, enfatiza la necesidad de replantear el concepto de violencia en Colombia. En lugar de considerar la violencia como un concepto homogéneo, se acude a una revisión de las transformaciones políticas y sociales así como de las repercusiones del llamado «conflicto armado», para proponer que el discurso de la violencia debe entenderse a la luz de significados plurales, compuesto por una heterogeneidad de manifestaciones.