Esta patología afecta aproximadamente al 10% de la población, con serias consecuencias en el proceso de crecimiento. Su sintomatología, en la que se destacan falta de atención, impulsividad e hiperactividad, en algunos casos puede asociarse con trastornos psicológicos, simularlos o agravarlos. El diagnóstico temprano permite su rápido abordaje y solución. Para lograrlo, el autor sostiene que el tratamiento psicofarmacológico es parte fundamental del abordaje integral, señalando los caminos de la terapéutica apropiada.