Martí consigue entrar en la psicología infantil, debe hacerlo, porque al niño no hay que negarle la realidad, sino presentársela de modo que la pueda entender. Se trata de despertar la conciencia del niño, darle un vaho de ideas, como se le da alimento triturado o líquido antes de darle carne, provocar que descubra verdades, hablarle con la claridad que demanda.