El espíritu de los exploradores del siglo XIX permanece vivo, investigando las vidas de los árboles más espectaculares del mundo, algunos de los cuales corren serio peligro de desaparecer para siempre. De hecho, una buena parte de estos árboles eran ya célebres por uno u otro motivo (el grosor del tronco, su altura,su volumen o su edad), aunque también los hay que nunca antes habían sido inmortalizados por cámara fotográfica alguna.