Debe haber en el ámbito de nuestra sociedad, un lugar en el cual los individuos, bastante diversos, encuentren una forma de expresión y promoción de su existencia. Debe ser posible escuchar, sin nada decir, para simplemente aprender o disfrutar de una existencia distinta en la expresión de su plenitud. Debería ser posible dejar vivir, garantizar que todos puedan vivir de forma auténtica, sin imponer a los demás el papel que diseñamos para sus vidas. Ni todos pueden integrar plenamente una sociedad sociopolítica. Ni todos pueden determinar un proyecto de vida o incluso deliberar sobre su propia existencia. Pero todos tienen algo a revelarse sobre sí mismos y, ciertamente, poseen también, una forma mejor de estar en el mundo que podemos ayudar a construir.